Posteado por: fernando2008 | 12 julio 2008

Bienvenida

Hola navegante. Ignoro qué vientos del ciberespacio te han traído a esta página.

Pero sé bienvenido.

¿De qué voy a hablar? De lo que me llame la atención y me haga reflexionar.

Fiódor Dostoievski.

 

 “Un intelectual es aquella persona para la cual los problemas políticos son, ante todo, problemas morales”.

Max Aub.

Los que me conocen saben que soy un gran aficionado a la ciencia-ficción. También de la novela histórica. Pero en lo que la ciencia-ficción gana a la novela histórica es que para ésta Napoleón siempre perderá en Waterloo, mientras que en la otra Napoleón puede ser un anodino coronel de artillería y fidelísimo de Luis XVII. (Hay una novela de ciencia-ficción con este mismo argumento)

Por eso sé que hay diversos tipos: está la “space opera”, en donde el caballo y la espada han sido sustituidos por las naves espaciales y los rayos láser. Otro tipo será una rescritura de la historia, como por ejemplo Fundación de Isaac Asimov, donde Ben Riosel es el alter ego de Belisario y el decadente emperador Dagoberto comparte nombre con los reyes holgazanes merovingios.

Cixin Liu no está en ninguna de estas categorías. Es un autor con una imaginación increíble, incluso para los parámetros normales de la ciencia-ficción, que crea, modifica y destruye universos, ante los asombrados ojos de sus lectores, que apenas pueden respirar mientras leen los tres libros de la trilogía. Trilogía que reseñaré entera, pues en realidad funciona como una única novela.

Una astrónoma, permitidme que omita los enrevesados nombres chinos, descubre que, gracias a los efectos reflexivos del sol, se pueden amplificar las señales de radio. Manda el siguiente mensaje al universo. «Nuestra civilización ya no es capaz de resolver los problemas por sí misma. Necesitamos la intervención de vuestra fuerza». Este mensaje llegará a Trisolaris, un planeta expuesto a tres soles donde la vida es muy dura y, por lo tanto, se están preparando para invadir otros mundos. Dicha astrónoma enunciará las dos leyes universales de la sociología espacial: 1ª La necesidad primordial de toda civilización es la supervivencia. 2ª Aunque las civilizaciones crecen y se expanden, la cantidad total de materia en el universo siempre es la misma.

Como consecuencia de estas dos leyes, aparecerán otros dos puntos:

1º La cadena de sospechas. “La humanidad es una única especie, comparte similitudes culturales, tiene ecosistemas conectados y las distancias son cortas, por lo que en ese entorno las cadenas de sospecha no pasan de uno o dos niveles antes de revolverse por medio de la comunicación. Pero en el espacio una cadena de sospecha puede ser muy larga. Antes de que la comunicación pueda resolverla, ya se habrá producido algo como la batalla. Si eres más fuerte que yo y yo he podido dar contigo, algún día tú darás conmigo. Y entonces se establecerá la cadena de sospecha. Si eres más débil que yo, en cualquier momento podrías pasar por una explosión tecnológica y volveríamos a la primera situación”.

2º El universo es un bosque oscuro. “Cada civilización es un cazador armado que recorre el bosque como un fantasma, apartando delicadamente las ramas que le impiden el paso, intentando moverse sin emitir sonido. Incluso respira con mucho cuidado. El cazador debe ser precavido, porque el bosque está lleno de otros cazadores secretos como él. Si da con otra forma de vida, otro cazador, un ángel, o un demonio, un infante delicado o un anciano tambaleante, un hada o un semidiós, solo tiene una opción: abrir fuego y eliminarlo.  Un cazador en un bosque oscuro, persiguiendo mientras respira con ansiedad, de pronto da con un trozo de corteza arrancada del árbol que tiene delante. En el trozo de madera clara se encuentra una posición en el bosque indicada con caracteres que el cazador puede comprender. ¿Qué pensará? Está claro que no imaginará que se trata de suministros para él. De todas las posibilidades, la más probable es que informe de la presencia de una presa viva en ese punto que debe ser eliminada”.

Como veis, es un modo muy original de abordar el contacto entre civilizaciones planetarias. Y la trama de la novela la va desarrollando con una magnífica originalidad. Durante cientos de años, períodos de hibernación incluidos, la Tierra se prepara para hacer frente a la civilización de Trisolaris, de todas las formas imaginables y algunas inimaginables. Nada parece funcionar… hasta que Trisolaris es destruido. Una nave terrestre ha conseguido hacer pública la ubicación de ese planeta, e inmediatamente ha sido destruido, validando la teoría del bosque oscuro. El problema es que la ubicación de la Tierra también ha sido revelada, lo que augura también su pronta destrucción.

Y, efectivamente, el sistema solar recibe la visita de una inocente hoja de papel, del tamaño de una tarjeta de crédito. Esa hoja, de dos dimensiones, tiene por misión convertir el sistema solar de tridimensional a bidimensional. Como consecuencia, la vida desaparece.

No he querido reflejar las sutilezas de esta trilogía, sus digresiones magistrales (alguna de las cuales nos llevan a la caída de Bizancio) ni su final. Os dejo todas estas incógnitas para que disfrutéis de ellas cuando las encontréis en la novela, como he disfrutado yo.

Posteado por: fernando2008 | 21 May 2022

Javier Cercas. El castillo de Barbazul.

Llevo bastante tiempo siguiendo a Cercas. Desde Las leyes de la frontera. Hice su reseña en esta bitácora, así como la de Anatomía de un instante. Por una serie de circunstancias no hice la de Soldados de Salamina ni de las dos anteriores de “Terra Alta” pero hoy me animo ha hacer la de El castillo de Barbazul, en mi intento de recuperar las buenas costumbres del pasado.

Esta novela, aunque tiene una trama independiente, no se entiende sin las dos anteriores. No solo por los personajes que aparecen en las tres, sino por el hilo conductor de la trilogía: las mujeres en la vida de Melchor Marín y sus tragedias. En Terra alta Melchor pierde a su mujer, Olga, cuando un malnacido, el marido de la que luego será la compañera de Melchor, intenta asustarlo para que no siga con sus investigaciones. Melchor quedará solo, cuidando a su hija Cosette. En Independencia asistimos a un retorno al pasado. La madre de Melchor fue asesinada en horribles circunstancias, y a nadie le importó mucho porque era una prostituta. Pero era una madre queridísima para Melchor, que en parte se hizo policía para aclarar su asesinato. Y gracias a un golpe de suerte lo consigue y venga cumplidamente a su madre.

En esta novela encontramos a Melchor, que ha dejado la policía, trabajando de lo que de verdad le gusta, de lo que trabajaba Olga: de bibliotecario. Un día entre los días, Cosette se entera que su madre no ha muerto en un accidente, sino que ha sido asesinada. Se lo toma muy mal (al fin y al cabo, los adolescentes son sacos de hormonas ambulantes) y se va a Mallorca con una amiga. Hasta aquí todo normal. El problema para Melchor comienza cuando la amiga vuelve sola y Cosette no contesta al teléfono. Melchor comienza a sospechar de un enfado tan prolongado y se va a Mallorca siguiendo los pasos de su hija. Y se topa con una absoluta falta de interés de las autoridades mallorquinas, falta de interés que le resulta sospechosa. Solo un correo anónimo le indica la existencia de un guardia civil que ha sido condenado injustamente por tráfico de drogas. Este guardia, que llegó a tener la graduación de capitán, le descubre la existencia en Formentor de la casa de un depredador sexual, con relaciones a todos los niveles, incluyendo los más altos. A esa casa, a la que llaman “el castillo de Barbazul” lleva a sus víctimas, y en esa casa está “el cofre del tesoro”, las fotos y trofeos de sus violaciones.

Cosette aparece, completamente traumatizada por la violencia sexual que ha sufrido, y Melchor se plantea asaltar el castillo de Barbazul y robar el cofre del tesoro para hacerlo público.

Y hasta aquí puedo contar. El resto, discreto lector, lo debéis averiguar vosotros. Solo diré que la aventura termina más o menos bien. A Melchor le queda una cojera, pero la satisfacción de que Cosette se reconcilia totalmente con él e incluso se plantea hacerse policía.

Y para terminar un hecho que si no fuese deprimente sería gracioso. Cuando comencé a escribir esta reseña me puse a buscar otras reseñas de este libro. Con gran sorpresa constaté que ¡todas las reseñas de Internet eran exactamente iguales! Palabra por palabra.

Comprobadlo.

Posteado por: fernando2008 | 11 May 2022

Puri Teruel Robledillo. Cerrado por reformas.

Para todos los admiradores de Puri, nos ha supuesto una alegría la aparición de su segundo libro. Lo esperábamos con impaciencia, pero al fin, después de una entrañable presentación en la biblioteca pública de Linares, lo tenemos en nuestro poder.

Lo primero que diré es que el poema que encabeza este artículo no ha sido elegido por el azar. Ha sido elegido para demostrar que Puri no es una persona triste, como lo demuestra también la foto que cierra este artículo. “Os prometo que de mis ojos la risa salía disparada de las cuencas”. He tenido la suerte de compartir con ella algunos momentos, y esos momentos se han caracterizado por ser alegres. Aún recuerdo la excursión que hicimos a su pueblo natal, Quesada, y la alegría con la que recorríamos los lugares de su niñez. Lugares donde vivió antes de que ocurriese la tragedia.

De esta tragedia, aunque no se den noticias explícitas en el libro, los poemas dan algunas pistas. Por ejemplo, al hablar de su madre dirá: “Nunca escuché cantar a mi madre”. Y, más adelante “Todo lo bueno de la vida, estuvo siempre fuera del su alcance”. Sospechamos pues, qué tipo de tragedia es.

Con respecto a su padre da muchas más pistas, pistas atroces: “Que guardaban en casa a sus mujeres y buscaban carne putrefacta en la calle”. Un padre que “siempre has estado lejos, aunque estuvieses cerca”. Pero a ese padre, justicia divina, “te han sido devueltas las espinas que lanzaste al aire” Cuando recuerda “que tu primera o segunda familia te despidió con besos envenenados en una gasolinera de las afueras” nos hacemos una idea, más o menos completa de la tragedia.

¿Y cómo ha afectado esta tragedia familiar a Puri? “Siento una envidia feroz de los padres que aman a sus hijos, que cuidan de sus hijos, que besan a sus hijos”. Ella “vivió su primer día de dolor a los veinte años, cuando una mujer acusaba a mi padre una y otra vez”. Desde entonces “no existe en el mundo nadie que me haga más daño que yo misma”. Y cuando sonríe lo hace “como si la vida fuese buena”. Después de esto, Puri enfermó “pero mi enfermedad era emocional”.

¿Terminará así la tragedia? ¿No hay esperanza pues, para nuestra poeta? (a ella no le gusta que la llamen “poetisa”). En absoluto. “Tú, padre, me diste el golpe certero y caí. Ahora me estoy recomponiendo”. Su corazón, de momento está cerrado. Pero no cerrado para siempre. Está cerrado por reformas, las reformas necesarias para superar esta tragedia. Y yo no tengo ninguna duda que la superará.

Termino. Pero no quiero hacerlo sin un último apunte. “Me duele tener que morir sin que nadie me escriba un poema de amor”. En eso Puri no puedo ayudarte. Jamás escribí un poema de amor. No tengo esa sensibilidad que a ti te sobra, y mi pluma es demasiado fría para poemas. A lo más que puedo llegar es a escribir esta entrada, deseando de todo corazón que la reforma llegue a buen puerto.

Posteado por: fernando2008 | 5 May 2022

Joaquín C. Martín-Rayo. Los pobres de espíritu.

Y después de dos artistas consagrados, le llega el turno a uno que empieza, pero que empieza con bastante empuje. Joaquín proviene, si es que su juventud me permite esa palabra, del mundo de los guiones cinematográficos. Ignoro cuantos ha escrito, pero de lo que sí doy fe es que ha alcanzado la madurez en su escritura con esta novela.

Comencemos por la topografía. El pueblo de Miralvalle está situado en la falda del cerro de san Ascensio, cerro en el que se apareció dicho santo. No fue una aparición especialmente importante, mejor hubiese sido una aparición mariana, pero es lo que hay. Cerca del pueblo corre un arroyo que se llama El Mojao.

La precisión de la topografía en la novela nos adelanta la solidez de la Dramatis personae de la misma: un ministro y su esposa, un alcalde y la suya, el secretario del ayuntamiento y la suya, el cura, sin ninguna pareja conocida, una dueña de la pensión del pueblo, un cazador, un pastor y una pastora y, como telón de fondo, el bar del pueblo regentado por Hipólito.

Sobre este escenario y con estos personajes, se montará la trama. Miralvalle está sufriendo los ataques de un lobo particularmente feroz que tiene atemorizados a los pastores y revueltas a las fuerzas vivas del pueblo. Es el momento exacto en el que aparece un cazador que se ofrece al alcalde para acabar con la fiera por un módico precio. Aprovechando que un ministro, que debe apreciar mucho al pueblo pues lo visita regularmente, acaba de llegar, se organiza una montería. Ésta tendrá un desenlace sorprendente que, evidentemente, no voy a revelar.

La historia, por sorprendente que pueda ser en su final, no me ha sorprendido tanto como la prosa de la novela. Una prosa precisa, tersa, azoriniana. Una prosa, en fin, madura. Y con cierto componente, además, de sátira social. Los pobres de espíritu son los habitantes de Miralvalle, con el saber justo para desenvolverse en su sencilla vida, y con la ignorancia necesaria para ser felices. El único indicio de un pensamiento más o menos elevado está en la frase: “Hablo, luego existo”, que no indica, ni muchos menos, un atisbo de filosofía cartesiana, ni de ninguna otra filosofía. Esta ignorancia no la tendrán, por supuesto, las fuerzas vivas, locales y foráneas, que se manejan entres corruptelas como el pez en el agua. En el agua de El Mojao.

En lo que a mí respecta ha nacido un escritor, y ha nacido ya con una prosa perfectamente formada. Seguiré sus escritos futuros con atención.

Como recomiendo a los lectores de esta bitácora que también lo hagan.

Posteado por: fernando2008 | 17 abril 2022

Eva García Sáenz de Urturi. El Libro Negro de las Horas

Hace tiempo estuve en Vitoria y la ciudad me gustó. Me gustaron sus catedrales, su plaza de la Virgen Blanca, su plaza de España, donde asistí a una estupenda recreación de la batalla de Vitoria, y el hecho, para mí magnífico, de que hubiese más árboles que habitantes en esa ciudad. También visité el espectacular Museo de los Faroles, que tanto juego da en las novelas de Eva. Me encantó la ciudad, y sus habitantes me resultaron muy acogedores.

Posteriormente conocí la existencia de Unai López de Ayala —alias Kraken— personaje central de las novelas de Eva García Sáenz de Urturi. Puedo aseguraros que es un personaje trágico, como arrancado de las páginas de Eurípides. Unai, el Buen Pastor, lucha contra fuerzas que, en principio, parecen muy superiores a él, fuerzas oscuras, misteriosas, casi divinas. Tan grandes son, que terminan cayendo en la hybris, la desmesura, el orgullo, que provocarán su ate o ruina. Unai, como todos los detectives que en el mundo han sido, restituye el equilibrio de la Naturaleza, descubre la maldad más oculta y acaba con ella. La Justicia triunfará al fin, por muy enrevesados y poderosos que se sean los poderes del mal.

Después de leer El silencio de la ciudad blanca, Los ritos del agua y Los señores del tiempo no podía imaginar qué nuevo misterio podría urdir la autora. Pues sí, hay nuevos misterios. Todavía queda hueco en la imaginación de Eva para pergeñar una nueva historia, tan fantástica o más que las anteriores, pero perfectamente estructurada como las otras. Una historia de madres perdidas, bibliófilos dispuestos a matar por un libro, homenaje a la serie de dibujos animados de Marco. Como él, Unai comienza la búsqueda de su madre, pero la madre de Unai no está lejos; está muerta. A pesar de esa dificultad añadida, la historia tendrá un final feliz o, al menos, un final no muy desgraciado.

Perdonadme que no cuente más de la trama de esta novela, ni de las tramas de las tres anteriores. Hacerlo sería privar a los lectores de la sorpresa y el disfrute de la inmensa imaginación de su autora. Imaginación de la que, de todo corazón, doy fe. Solo me permitiré copiar, como vademécum, una parte del poema de Konstantino Kavafi, cuya idoneidad comprenderéis cuando terminéis la novela

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Después de haber tenido la suerte de patear personalmente todos los escenarios de las novelas de Eva, todavía me estoy maravillando de ver como esos escenarios adquieren una perspectiva maravillosa y única en la mente de la autora.

Autora a la que recomiendo fervientemente seguir la pista. Seguro que aún nos proporcionará muchos momentos agradables.

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